Hoy me he comido las últimas 15 o 20 cerezas de éste año que andaban aún por el frigorífico. Sabía que eran las últimas de ésta temporada y me resistía a comerlas, pero como estaban a punto de dejar de ser comestibles, no había alternativa.
La savia de los cerezos bajará a la raíz, las hojas caerán poco a poco, hasta dejar el árbol desnudo, para volver en la primavera a vestirse de blanco y dar paso al rojo de la cereza.
Blanco y rojo, los colores de nuestra fiesta, todo está relacionado en la vida, si uno se para un poco a pensar.
Y pensado en fundir Milagro y la Cereza, me ha salido esta foto que espero os guste.
Me gusta la flor del cerezo y el fruto. Muy bonita la foto. Me quedo por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Como bien lei en un libro de carlos anaut, del ataud al cometa, no hay que intentar ser siempre joven y un alocado... sino que tenemos que vivir acordes a nuestra edad, e intentar ser felices con la epoca que nos toca. No podemos engañarnos.
ResponderEliminarUn abrazo, te sigo leyendo ;)
http://lashistoriasdealo.wordpress.com/2010/08/05/apadrina-a-un-cerdo/