EL ADIOS A CECILIO VALLEJO

Esta era tu foto en el messenguer, la que mostrabas con tus amigos, ya en tus últimos tiempos. Seguro que estabas leyendo algún libro de medicina, te lo digo porque lo veo "gordo".Antes de poner la carta que envié al diario de navarra, voy a contar una anécdota que tu contaste cuando fuimos a grabar el programa de TV. en CANAL 4 que se llamó "Milagro este es mi pueblo" . Decías, refiriéndote a la cereza de Milagro " que sabias cuando era buen año de cerezas porque no había accidentes y nadie se caía del árbol y en cambio, cuando era malo había más caídas porque la gente tenia que subirse hasta la copa para cogerlas todas". Seguro que así era ,pues el año malo no había que dejar ninguna para los gorriones, que por otra parte ya se habrían comido las suyas.

CARTAS AL DIRECTOR EN DIARIO NAVARRA

ALGO SE MUERE EN EL ALMA……CUANDO UN MEDICO SE VA…..

Un médico de los de pueblo, de los cercanos, de los que están de guardia las 24 horas del día. Este médico era Cecilio Vallejo, de Milagro, al que la vida se le agotó temprano y sus 10 últimos años luchando con su enfermedad incurable, él que a tantas personas curó…y alivió de sus males
Me contaba el día de entierro, Fermín Escalada, “el pastorín” que cuando había que llamarle para que fuera a casa a visitar a su madre, nada más oírle hablar, cuando subía por las escaleras, su madre ya se ponía mejor, ya se le habían curado los males. Esta anécdota ilustra lo que al comenzar la carta digo, acerca de su contacto directo con las gentes y la confianza que generaba en sus pacientes. Seguro que muchísimas otras anécdotas están en las mentes de muchas gentes y que yo no conozco, pues he pasado una parte larga de mi vida fuera de Milagro.
Si he querido hacer pública esta carta es porque, aunque tarde, le conocí un poco y es mi pequeño homenaje a Cecilio, con el que compartir algunas conversaciones y sobre todo en los últimos años de su enfermedad a través de Internet, del Messeguer ese, en que tan experto se hizo, en su afán por querer seguir viviendo y chatear con sus amigos y familiares. Ahí estaba a todas horas para saludar y hablar un rato con el que se conectaba.
De su calidad como persona no me extenderé en halagos, pues esta carta la dirijo, principalmente a los que le conocieron, a los vecinos de Milagro y ellos saben bien de lo querido que era.
El Ayuntamiento de Milagro le honró con poner su nombre a una calle del pueblo, aún en vida, aunque esta la tenía mermada, porque eso es querer tenerte siempre en el recuerdo entre nosotros.
María Jesús, tus hijos y nietos, todos hemos perdido a un familiar, a un médico de los que ahora llaman de familia, pero que Cecilio lo era, ya antes de que se llamasen así.
Milagreses, seguro que Cecilio va a seguir cuidando de nosotros, junto a Juaquinito Peñalva y Fermín Serrano, otros dos grandes y buenos médicos de Milagro, a los que también la vida se los llevó temprano.
JESÚS MARY BARRADO PARDO