miércoles, 20 de agosto de 2014

ASAPME (Asociación Aragonesa Pro-Salud Mental)

Tuve ocasión durante un largo periodo, de formar parte del Equipo Asistencial de ASAPME (Centro de Día) como psicólogo. Para mí fue un periodo muy enriquecedor en el que me sentí útil a los demás, a esas personas especiales que tienen un mundo interior distinto al de los demás. Sus  llamados trastornos mentales, algunos muy invalidantes para ellos y, por ende, para sus familias, formaron parte de mi vida, por un periodo de tiempo, como digo. Las personas que acudían al Centro, para mí, no eran enfermos mentales, aunque así estuviesen catalogados por la psiquiatría y estigmatizados por la sociedad. No voy a describir dichos trastornos que para eso está el DSM-3 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) la “Biblia de la Psiquiatría” digamos. Transcribo la carta y mi contestación al usuario y amigo, Mariano, que me escribió una vez dejado el Centro y que ha sido la que me ha motivado a recordar éste periodo y que es la que me hace sentir que lo poquito que yo di por ellos, me lo devolvieron con creces

Querido monitor y amigo:
       Me alegré verte en el día Mundial de la Salud Mental en Ibercaja. Ya como te dije, para julio ya pensaba en cómo ponerme en comunicación contigo.
    Aunque hablamos poco pues al final se interpuso un señor, ya casi me basta y me satisface. Pero mejor tener tu dirección y mandarte sin más importancia estas lineas sosegadamente.
     Aunque lo de intervenir en tu clase de psicoterapia no tiene apenas importancia, pues asimilo rápido, así lo creo, lo que me decías me queda en la memoria éste hecho. Yo que también me gusta la psicología, y perdona, me pongo en tu lugar y en la clase, y no sabría que rumbo darle a ella, si es que tiene que tenerlo. El caso es que tampoco he ido a la clase de Isabel y este año a causa de malestar por algunos compañeros, según me han dicho, se ha suspendido la psicoterapia este año.
    Eres una persona entrañable, como así me configuro yo. Según arañaste mi personalidad, te dije que al entrar en los bares deseaba frío. Habrás pensado que soy inhumano. Y quería decirte que es todo lo contrario. Tal vez por un exceso de humanidad y perdona la falsa modestia necesito no sentir pero sí que si vas admita mi frío a cambio de su calor Sin pensar que el frío es malo sino simplemente distinto.
     Me gustaría que me consideraras un amigo tuyo que te aprecia, aunque le gusta mostrarse, eso sí cercano, pero frío y rudo (entendiendo como cortés, áspero, en cuanto al genio, y fino. Pero por otra parte procuro ser riguroso e impetuoso).
         No he pretendido hacer una declaración de amistad, además tu ya me conoces, pero la distancia ahora y el haberte conocido desde el punto de vista de monitor me corta. Pero como persona entrañable que te defino y que hecho de menos tu calor con tu proximidad, te escribo y me hago saber con esta carta. Carta que no pretende ni siquiera que me escribas, simplemente que creo haber conocido en la vida lo que es la verdadera y rara amistad y desde que tomo medicación la amistad la tomo con cuentagotas. Estoy algo falto de ésta. Y tú me la recuerdas.
         Esperando que este rollo no te haya aburrido ni molestado. recibe un caluroso apretón de manos.
                             Sinceramente, Mariano


POR CARNAVALES



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