EL DÍA DE "TODOS SANTOS"

Y OS QUISE Y AMÉ

Hoy es un día de recuerdo a los muertos por parte de los vivos. Siempre decimos cuando llega éste día que no hace falta que se señale un día del calendario, porque hay que recordarlos siempre. Si bien ésto es cierto, tampoco está de más que al menos un día al año les recordemos especialmente y especialmente a los propios.

Nada podemos hacer cuando alguien ha fallecido que no sea ponerles unas flores en la tumba y rezarles los que son creyentes. Esto sienta bien a los vivos y alivia de alguna culpa o pecado que siempre nos atribuimos de algo que hicimos mal con ellos, o dejamos de hacer que quizás es peor, como no haberles dicho, sobre todo a nuestros padres, que los queríamos y que los amábamos, cuando aún formaban parte del mundo de los vivos.

Gran tema éste de la muerte que todos los filósofos y ensayistas han tocado y nunca han resuelto, pues es muy difícil asumir y aceptar que en esta vida, a pesar de lo sinsabores y penurias, se está bien, pero que no es eterna, cosa que uno descubre, más o menos, cuando deja de creer en los “reyes magos”.

Montaigne que escribió sobre todas las cosas de la vida, sus Ensayos son una crónica de la existencia individual, también meditó sobre su brevedad y citando a un tal “Manilio”, dice: “Nacer es empezar a morir; el último instante de la vida se origina en el primero”. Esto por lógico y sabido, no nos alivia de la angustia de la muerte, pero algo ayuda. Luego cada cual tiene que buscar su propia aceptación de que no somos eternos. Y como dice Horacio ( Odas,II,3,25.) “todos estamos forzados a llegar al mismo término. Agítese en la urna la suerte de todos y, saliendo antes o después, llévanos en la barca fatal al eterno destierro”.