martes, 2 de septiembre de 2008

CALLE DE D. CECILIO VALLLEJO

"Don Cecilio", una vida velando por la salud de los milagreses

A pesar de su reciente jubilación, Cecilio Vallejo Moreno, más conocido en el pueblo como "Don Cecilio", continúa velando por la salud de los milagreses ya que como él mismo confiesa la profesión médica “no muere nunca".

Un carcinoma de garganta apartó a Cecilio Vallejo de la consulta en diciembre de 1999. Al agotar los dieciocho meses de baja, Inspección de Tudela le propuso para la incapacidad laboral, que, tras la sentencia de los tribunales, se aplica con carácter oficial desde el 22 de junio de 2001. Ahora, la enfermedad está bajo control, según nos comenta Don Cecilio. "Gracias a Dios estoy muy bien y la recuperación la llevo fenomenal".
La pesca, el buceo, el esquí y el bricolage se reparten su tiempo ya que, según nos cuenta, "si antes me faltaban horas para mis pacientes, ahora me faltan para estar entretenido ya que tengo muchos hobbies". A pesar de esto, reconoce que "la consulta tira mucho" y que la gente le tiene ahí para todo lo que necesite.

Vocación temprana

Cecilio Vallejo nació en Milagro en 1941. Sus padres habían llegado al pueblo un año antes como médico y maestra titulares y desde bien pequeño su vida estuvo estrechamente ligada a la medicina. "Cuando era un chaval -recuerda Don Cecilio- ya acompañaba a mi padre a las consultas; si íbamos a la zona de las cuevas llevaba una linterna y un palo para espantar a los perros".
Aunque sus padres no querían que estudiase Medicina ("querían que hiciese Farmacia o algo así y yo les dije que o me dedicaba a la medicina rural o colgaba las botas" -recuerda-), terminó la carrera en Zaragoza en 1968. Ya licenciado, estuvo de interino en Ablitas y en 1969 se casó con María Jesús Escalada Oscoz y poco después le nombraron médico titular en Funes.
De Funes pasó a Milagro en 1971, donde en un principio estuvo de titular con su padre y, tras el fallecimiento de éste en 1972 a consecuencia de un infarto, asumió las riendas de la consulta.

Medicina rural

"La medicina rural -confiesa Cecilio Vallejo- es lo que me ha gustado siempre, la medicina de cabecera, el contacto directo con los pacientes". No en vano, su vida ha transcurrido en Milagro y conoce a muchos de sus pacientes desde su nacimiento y la historia clínica de abuelos, hijos y nietos.
Según señala Don Cecilio, "la medicina rural es completamente diferente a la que se hace en las ciudades". "La medicina que hemos hecho en los pueblos -añade- es la del auténtico médico de cabecera, que no era consultor sólo de una enfermedad, sino también de problemas familiares y de todo tipo de asuntos".
Esta forma de entender la medicina -señala Cecilio Vallejo- ha ido desapareciendo con los centros de salud. “Lo que es eso de ir a la casa a hacer un visita, estar con la familia, sentarte en la cama junto al enfermo, Don Cecilio le voy a hacer un cafetico si le apetece… eso prácticamente ha desaparecido -asegura-, porque antes por las tardes te dabas una vuelta a ver que tal iba el enfermo, al margen de la consulta, ya no como médico sino como amigo”.
"Al vivir aquí -recuerda- la dedicación era total, las veinticuatro horas del día, incluidos los festivos; era vivir al pie del cañón, no sólo yo sino también mi mujer, que ha hecho de todo, desde coger el teléfono a ayudarme en el consultorio con las recetas".
En los treinta años que ha trabajado al frente de la consulta de Milagro, Don Cecilio ha asistido a una auténtica revolución de la medicina y, fundamentalmente, de la medicina rural.
"La salud de los milagreses ha evolucionado enormemente -señala Don Cecilio- . Recuerdo incluso cuando traían leche en polvo de los americanos para darles a los más pequeños a media mañana. El pueblo se ha extendido muchísimo y prácticamente han desaparecido las chavolas y, con ellas, los problemas de higiene".
En este sentido, Cecilio Vallejo destaca el trabajo que se ha hecho en los últimos años en prevención de enfermedades, así como la incorporación de más medios. "Cuando llegué a la consulta de Milagro -recuerda-, no teníamos ni para hacer análisis ni para hacer rayos X Disponíamos tan sólo de nuestra experiencia clínica y nuestras manos. El aparato de rayos X -señala Don Cecilio- se instaló en los años y por aquel entonces me hinchaba de hacer radiografías. Hasta entonces había que salir del pueblo y los medios de comunicación eran escasos".
Los nuevos medios y la evolución de los problemas sanitarios de los vecinos han cambiado el mundo de la medicina aunque en el caso de Milagro, la vida de Don Cecilio ha estado, está y seguirá estando vinculada a la salud de los milagreses.
Publicado por Crc3 (marzo-2002)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ASAPME (Asociación Aragonesa Pro-Salud Mental)

Tuve ocasión durante un largo periodo, de formar parte del Equipo Asistencial de ASAPME (Centro de Día) como psicólogo. Para mí fue un perio...