Hoy es el día de la cereza, parece que va a estar un día despejado de nubes y algo ventoso. En todos los eventos al aire libre el tiempo ayuda mucho al éxito de la fiesta. Yo la voy a celebrar, con mis amigos, almorzando en el Europa, comiendo en el Olivo y cenando con el Julen que es el hijo de Mamen y Joaquín. Soy poco comedor y disfruto más con la compañía de los amigos que con la buena mesa. Luego me pasa lo que me pasa, al día siguiente, como hoy, que me pasa factura el día de ayer que estuve de boda, con José Luis y Jeru. Les deseé lo mejor en esta segunda oportunidad que se dieron de formar una nueva familia que fueran felices que seguiré siendo su amigo y va, y por poco no puedo seguir hablando porque me emociono y casi me pongo a llorar. Y ¿qué? ¿Es que acaso se pueden reprimir los sentimientos y las emociones? Yo pienso que no, para eso ya están algunos políticos y así les va, o les irá. La gente te nota cuando finges. Pero claro, estas palabras las estaba diciendo, desde el estrado de la sala de vistas del Juzgado, ejerciendo de secretario del acto de la boda civil y me veía más gente. Hoy también me verá más gente por la calle con una camiseta verde serigrafiada con un cerezo seco en la espalda y unas cerezas de Milagro en el bolsillo que llevaremos los amigos de la “Hermandad del Cerezo Seco” que ya sabréis, hemos plantado 67 cerezos de 10 variedades distintas en la finca denominada “el Cerezo Seco” y que esperamos nos darán ese “manjar de dioses” que son las cerezas. Lo del “manjar de dioses” lo digo yo y, a lo mejor antes lo dijo otro, pero que conste que con los dioses no he hablado. Buen día a todos. El de la foto es el amigo Tomás
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