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| Y AMISTAD |
Es cierto que cuando acaba un año y empieza otro, tendemos a hacer promesa nuevas, analizar los que hemos hecho y a plantearnos que las cosas que no nos gustan, de nuestro comportamiento, no las vamos a repetir al año siguiente.
Luego ocurre que poco o nada varía. Yo particularmente para el día 5 de enero, ya no me acuerdo, siquiera, de las promesas nuevas que me hice el día 31 de diciembre.
Dice Schopenhauer que “cada día supone una pequeña vida. Cada despertar y levantarse es un pequeño nacimiento, cada fresca mañana una pequeña juventud y cada irse a la cama y dormir una pequeña muerte”.
La batalla, pues, la tenemos que dar día a día, e ir mejorando en aquellos comportamientos que no nos gustan y nos resultan dañinos, esforzándonos cada día que amanece, por ser mejores personas y estar agradecidos por todas las cosas simples que la vida nos ofrece, entre las que se encuentra, de manera especial, el estar y pasar el mayor tiempo posible con la gente que nos quiere y que queremos. Éste sería el principal elemento predictivo para saber si somos felices que al fin y a la postre es, lo que todos buscamos en ésta vida.
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