FESTIVAL BENEFICO

Milagro no solo es agua y luz. Yo digo, también, cerezas. Sus gentes saben ser solidarias, en este caso, ante el proyecto que el padre misionero Jesús Pérez Sánchez tiene en Venezuela con los “niños sin hogar”, y acuden a llenar el aforo de la casa de cultura, previo pago de 3 euros, incluidos los medios de comunicación. Esto último es broma, lo aclaro. También cogí, bueno, mejor dicho, me cogió la “Pili CaLvo” y me hizo comprar un número para la cesta del jamón que por cierto no me ha debido tocar. Los que tocaron y cantaron estupendamente fueron estos joteros y joteras, algunos muy “niños” como el hijo del “Tino y la Helena” que además de aprender a cantar en la escuela de jotas, hoy, quizás, han aprendido el valor de la solidaridad. Ojala haya sido así. No me quiero olvidar, tampoco, de los demás participantes como la Escuela de Música, Agrupación Musical Sol-Mayor, Banda Municipal y otras actuaciones. “Aupa” MILAGRO.