FELICIDADES MARISA

El afecto y el cariño hacia un hermano no es innato, quiero decir, no nace por el hecho de serlo y haber sido engendrados ambos por la misma madre. A los hermanos no los elegimos como a los amigos que no tienen ese vinculo de unión y por lo tanto estamos “condenados”, no me gusta mucho esta palabra, a serlo siempre de por vida. Es por ello que cuando además de ser hermanos, te quieres, es doblemente valioso. Lo contrario debe ser horroroso y todos conocemos casos. Yo solo tengo una hermana, Marisa, que hoy cumple 51 años y a la que le paso algo más de 5 años y medio y me acuerdo, perfectamente, del día que nació y de sus primeros meses de vida, cuando los médicos le dijeron a mi madre, más o menos estas palabras “señora llévese a su hija a casa que de esta noche no pasa” y aún recuerdo como si fuera hoy, el taxi del “gallina” cuando llegó a la puerta y mi madre entró en brazos con mi hermana, toda tapada. Los médicos no podían hacer nada más por ella, pero se equivocaron en el pronóstico, afortunadamente. El nombre de pila de mi hermana es María-Luisa del Patrocinio y fue la primera en nacer en el grupo de “casas baratas” que llamamos del “patrocinio” en honor a nuestra patrona la Virgen del Patrocinio y que están más allá de la Ermita del mismo nombre. Mi madre tenía mucha fe en Ella. En la casa barata, vivo yo solo y mi hermana y mi cuñado que viven en Barañain, vienen al pueblo cada 15 días y yo intento tener la casa, entre tanto, limpia y recogida, lo que no siempre consigo, sobre todo con la ropa y el maldito polvo, y a mi hermana, la veo que no para de hacer cosas en todo el fin de semana. Ayer cuando vino, al entrar en la cocina, me dice, riéndose “que curiosa tienes la cocina” “el paño de cocina está tal y como lo dejé”. Se veía claro que no lo había tocado. Confieso que estaba tan bien puesto que cogí otro. Ya me dice la Mamen tienes una hermana y una madre a la vez y tiene razón.